MenstruaciónDolores menstruales: cómo aliviarlos

Dolores menstruales: cómo aliviarlos

Cuando hablamos de dolor menstrual, estamos haciendo referencia a un fenómeno que se conoce también como dismenorrea.

Este dolor se puede relacionar con distintas causas, en función de si, es una dismenorrea primaria o secundaria. Cuando es primaria, alude a un dolor que se desarrolla de forma intermitente en la parte baja del abdomen durante los días que dura el período menstrual.

Se relaciona con contracciones violentas en el músculo uterino. La secundaria, por su parte, es un dolor asociado a otras patologías, como pueden ser la adenomiosis, la endometriosis o la obstrucción del ciclo menstrual.

Malestar durante la menstruación

Hay que decir que es habitual que el periodo provoque un cierto malestar general en el cuerpo.

No obstante, en algunos casos, el dolor puede ser tan importante e insoportable, que no el paso de los días ni algunos medicamentos tradicionales logran que este dolor desaparezca.

Esto ha llevado a que con el paso del tiempo, muchas personas empezaran a recurrir a remedios naturales o caseros, incluyendo a diversos ejercicios físicos que ayudan a disminuir el dolor menstrual. Uno de los más destacados tiene que ver con la práctica del yoga.

Actividad física para dolores menstruales

Muchas veces, se recomienda descansar y reposar durante el primer día del ciclo para mejorar las molestias menstruales.

Pese a ello, está comprobado que el ejercicio físico puede traer diversos beneficios para esta situación. Hay que tener en cuenta que el ejercicio ayuda a que los músculos que se contraen; se relajen.

A la vez, mejora la circulación de la sangre y el equilibrio de los procesos inflamatorios.

También puede aumentar la producción de endorfinas, las cuales relajan los músculos y mejoran el estado de ánimo.

Por eso, a continuación, veremos algunas posturas y estiramientos que puedes probar para aliviar los dolores menstruales:

La postura del niño

La postura del niño, también conocida como Balasana, es una de las posturas clásicas del Yoga; y es además, una de las más relajantes.

Es una postura fácil de hacer, que ayuda a mejorar la circulación, relaja la espalda baja y genera una sensación de alivio físico y psicológico. Esto se debe, además, a que la cabeza se coloca de una forma en que la irrigación sanguínea se facilita.

Para hacer esta postura, se recomienda utilizar una manta y evitar hacerla directamente sobre el suelo.

Lo primero que hay que hacer es ponerse de rodillas en una esterilla al ancho de las caderas e inclinarse hacia el frente. Si bien los brazos se pueden colocar de la forma en que resulte más cómodo, lo más frecuente es colocarlos estirados hacia atrás.

El cuello y la cabeza deben permanecer relajados, mientras la columna y la zona lumbar se estiran. Se recomienda mantener la postura por al menos cinco ciclos de respiración profunda y pausada por la nariz.

El puente con soporte

Otro ejercicio de estiramiento que puede ayudar a aliviar los dolores menstruales es el puente con soporte. Es un ejercicio de gran relajación muscular y que genera una buena tonificación. Ayuda a la ansiedad, pero también a reducir el dolor, la inflamación y también la flacidez muscular.

El primer paso para hacer esta postura es acostarse boca arriba con las piernas flexionadas, manteniendo los brazos relajados al costado del cuerpo.

Luego, se debe poner un soporte debajo de los glúteos (puede ser una pelota suave, un almohadón o una prenda de indumentaria doblada con cuidado), elevando la pelvis en dirección al techo. Esta postura debe sostenerse por al menos seis ciclos de respiración lenta.

Las rodillas al pecho

La idea de estos ejercicios es que sean fáciles de hacer, para poder relajarse mientras se alivian los dolores menstruales.

Esta postura beneficia a los órganos internos, puesto que mejora la circulación. Relaja la columna y fortalece los músculos de la espalda, calmando los cólicos menstruales.

Para hacer este estiramiento sencillo, hay que acostarse boca arriba con la espalda recta en el suelo. Con cuidado de no hacer movimientos bruscos, se deben elevar las dos rodillas hacia el pecho.

Se abrazan las piernas con los brazos y se sostienen en el pecho por al menos seis ciclos de respiración lenta.

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